Ramón (54 años)

• Llegué a Begoña con un problema de ansiedad. Con ella viví un proceso, no sólo de comprender y aprender cómo lidiar con ese problema, sino de aprendizaje sobre mí mismo y de desarrollo personal a nivel emocional. Begoña fue soporte, guía y ayuda durante todo ese trayecto, incluso en los momentos más complicados, no sólo a nivel profesional, sino empatizando con mi situación vital. Posteriormente, siempre he podido contar con ella cuando lo he necesitado.

Francisco (26 años)

• Cuando empecé con Begoña, notaba que mi vida estaba vacía, me producía tristeza pensar en cualquier cosa, no estaba bien. Quería recuperarme, ya que cada vez iba a peor. Cada vez estaba más tiempo mal y menos tiempo bien. Cada vez me sentía más vacío, más desilusionado, más triste con respecto a mi futuro. No sabía muy bien que hacer, así que busqué la ayuda profesional de Begoña. Desde el primer momento me transmitió seguridad, cercanía y apoyo emocional, lo cual me ayudó muchísimo, ya que sesión a sesión iba notando mejorías. Pero lo más importante, es que me enseñó a ver la vida (las circunstancias, los hechos, las situaciones, las personas) de una forma que por mí mismo no había sido capaz. Me dio herramientas que para mí son fundamentales y que nadie me había enseñado. Todo ese aprendizaje me sigue sirviendo día a día, por lo que estoy plenamente agradecido. Sin ninguna duda, ir con Begoña fue uno de los grandes aciertos que tomé, ya que gracias a ella encontré una gestión de las emociones que me es muy útil día a día.

Eva (42 años)

• Begoña me ha dado las herramientas para enfrentarme a mis miedos y debilidades. Ella me ha enseñado a ser consciente de mi proceso y me acompaña verdaderamente. Se preocupa de mi de verdad. No solo cuando voy a terapia. Forma parte de mi vida y se hace querer. Es un sol muy grande. Me guia y alumbra mi camino.

Virginia Gómez (42 años. Profesora de secundaria)

• Asisto a terapia con Begoña desde hace unos cuatro años. El trabajo que hago con ella es muy gratificante para mí y se lo recomiendo a todo el mundo. Begoña aborda al paciente, al ser humano, en toda su totalidad, estando siempre abierta a tratar los asuntos desde diferentes ángulos. Yo, personalmente, no solamente puedo tratar con ella los asuntos desde un aspecto racional sino que he podido comentar con ella sueños, canciones etc. que he creído que guardan relación con los temas que quiero resolver. Por otro lado, Begoña no es una terapeuta pasiva que se limita a escuchar, ella tiene un papel activo ya que interviene haciendo siempre reflexiones o preguntas concisas que van directas al meollo de la cuestión, centrándose y poniendo el foco en el asunto. Esto es muy importante ya que desde el primer día se nota el trabajo y se va avanzando, en ningún momento he tenido la sensación de perder el tiempo pues ella se ocupa de manera muy sutil de encauzar la sesión hacia el tema que hay que tratar con el fin de no divagar. Finalmente, puedo decir que gracias al trabajo que hago con Begoña me conozco mucho más, conozco mejor cómo funciona mi mente, soy capaz de observarme y de situarme en el mundo, en mi familia etc.